sábado, septiembre 20, 2008

Viviendo tiempos de transición



Desde mi cosmovisión, como astrólogo, estudio, investigo y voy confirmando mediante la experiencia, la idea de que las estrellas y el Sistema Solar (el Cielo) influyen vitalmente, tanto sobre la Tierra en sí, como en cada uno de sus habitantes. Es decir que, los “movimientos” estelares, con sus ciclos, períodos y ritmos señalan: días, años, épocas, eras, en fin…tiempos. Dentro de ésta cosmovisión, que tiene a la astrología como una disciplina seria, se habla de la muy difundida idea de una “Nueva Era” – que en su detalle objetivo y científico se relaciona con el fenómeno astronómico conocido como la precesión de los equinoccios.
Estamos en plena transición, o sea, “cambio gradual de un estado a otro” , en pleno alumbramiento de la Era de Acuario, en la cual se manifiesta energía y cualidades propias de esta constelación zodiacal.
Sin dejarnos vencer por la ansiedad, ya que éstas “eras” duran aproximadamente 2500 años, sin, tampoco, creer que leyendo “un poco” podemos tener en claro de qué se trata, sí, podemos, tratar de ir comprendiendo mejor sus efectos a gran escala. Animándonos, humildemente, a vislumbrar (con el respeto que se merecen tanto el Cielo como cada vida que se desarrolla en la Tierra) la significación que tiene esta transición o era que puja por nacer podremos sentirnos más partícipes que “convidados de piedra” en el proceso evolutivo-creativo.
Es necesario aclarar que no obvio las investigaciones y conclusiones (de hecho también estudio las que puedo) de carácter: biológico, antropológico, histórico, sociológico, económico, político, psicológico, filosófico, teológico, etc., que se hacen en nombre del bien común, al contrario, creo que son distintas herramientas que ayudan a comprender mejor el “fenómeno humano”, sí, es conveniente señalar, que la astrología es una herramienta que trabaja en el plano simbólico, es decir, en el plano en el cual, a falta de mediciones objetivas, se encuentra uno con la “intuición reveladora” (de aquí la necesidad de cotejar y dialogar para encontrar respuestas consensuadas a las intuiciones subjetivas), siendo así, una herramienta más para forjar el conocimiento y bienestar humano.
Así bien, podemos decir, que ya se están manifestando energías acuarianas, y me atrevo a decir que un hito histórico de tan magno cambio transformador fue la Revolución Francesa, con sus “estandartes-ideales” de: Libertad, Igualdad y Fraternidad; palabras-símbolos, éstas de neta significación acuariana. A partir de allí, podríamos decir, que distintos grupos humanos tomaron uno u otro de éstos estandartes.
Por un lado, se ha ido generando y expresado la necesidad imperiosa de las libertades individuales; esto ha tomado forma, por ejemplo, en la política liberal, la libre competencia de mercado, la lucha por los derechos individuales, el “amor libre” del hippismo, la libertad de expresión en el arte, como en la divulgación de ideas y opiniones, etc.
Por otro lado, se ha gestado y luchado por la búsqueda de igualdad: el nacimiento de las democracias y la participación en las instituciones de poder, la creación de leyes que limitaran concentraciones exageradas de poder o riqueza, la educación para todos, las disciplinas uniformadoras, las obligaciones individuales, etc.
Tanto el desarrollo de la libertad como el de la igualdad han sufrido distorsiones, excesos, desviaciones y, cuando no, luchas entre los conceptos: “libertad individual” y “responsabilidad social”, no solo entre naciones o partidarios ideológicos, sino, también, cuantas veces, en el centro mismo de nuestra personalidad.
Pero me queda un “estandarte” aún, y es el de Fraternidad, quizá el menos expresado hasta éstos días.
Reflexionemos algunos conceptos: …
”libertad en la interdependencia”, …
”libertad responsable”,…
”responsabilidad por uno/a mismo/a”,…
”equilibrio de derechos y obligaciones”,…
”leyes de la hermandad”,…
”globalización ecológica”,…
”conciencia planetaria”…
temas para investigar e ir dialogando.
Las energías-palabras-símbolos están manifestándose, también la necesidad de rectificar, día a día, los desequilibrios desestabilizantes. Si le sumamos: buena voluntad, confianza en los procesos autocurativos, tanto planetarios como personales y recordamos el concepto “fraternidad” al menos una vez al día, estaremos, creo, por buen camino.
No olvidemos que los hechos de la existencia de todos los días- la cotidianeidad- son, de alguna manera, el material que tenemos para trabajar sobre ellos, para aprender de ellos, para celebrar en sus infinitas sendas la sensación de caminar reunidos al plan inteligente de la Vida. Hoy por hoy, estamos tomando conciencia de la necesidad de solidaridad, cooperación, de aprender a convivir con las diferencias, de no discriminarnos y más aún, de respetarnos mutuamente. Aún habrá excesos y exageraciones, tanto en nombre del “conservar”, como del “progresar”; como todo cambio cultural o personal, cada nuevo aprendizaje, toda revolución, crean desequilibrios y confusión, éstos son, creo, los que estamos viviendo en el ámbito personal, nacional o global. Pero también…mientras tanto…surgen visiones, claridades, y nuevos ideales que, como siempre ha sido, son los mojones que nos marcan la dirección de nuestras vidas, que aunque no “prodigiosas”, sí, puedan ser, bien vividas.
Hasta pronto, nos volveremos a encontrar, disfrutando de una fraterna y solidaria reflexión, tratando temas personales o globales, sintiéndonos cerca, cada día más humanos y mejor hermanos como hijos de un mismo Sol.

Javier Ignacio Alvarez
Consultor Psicologico - Astrológico
Bs. As. Argentina